tabla de ojo niña cubre ojo

 
La agudeza visual es la capacidad del paciente de percibir y diferenciar dos objetos
separados por un ángulo determinado. Es una medida esencial para evaluar el
estado de la salud visual y de la visión de un paciente, por eso el médico
especialista en oftalmología debe valorarla en la primera consulta preoperatoria
cuando determina si una persona es candidata o no a la cirugía refractiva láser para
corregir sus problemas visuales y decir adiós a los lentes
¿De qué factores depende la agudeza visual?
La agudeza visual “clínicamente normal” se sitúa en la unidad (AV=1,0 o 20/20) y no
depende exclusivamente de las estructuras del sistema ocular (córnea, cristalino,
retina…), sino que también depende de otras variables fisiológicas como del estado
de la vía óptica (nervio óptico) y del estado de la corteza visual (la parte del cerebro
donde llegan los estímulos procedentes de los ojos). Por lo tanto, no podemos decir
que la agudeza visual mide “la visión o la vista”, ya que este es un proceso mucho
más amplio por el que se percibe e integra la información que llega a través de las
vías visuales, se analiza y se compara con otras imágenes y experiencias previas.
Así, la agudeza visual depende de:
1. Factores físicos:
Sala y condiciones en las que se realiza la medición
Procedimiento que se utiliza para realizarla (optotipos).
Características del ojo del paciente (tamaño, estado de diferentes partes del ojo
(córnea, cristalino, retina…) o existencia de posibles aberraciones ópticas).
2. Factores fisiológicos.
Entre los factores fisiológicos de los que depende la agudeza visual, destacaremos
la edad del paciente. Habitualmente, la agudeza visual al nacer es muy baja y
mejora con el paso del tiempo hasta que se estabiliza. A partir de los 40 ó 45 años,
tiende a decrecer de nuevo.
También se deben tener en cuenta otras variables o factores, como la toma de
ciertos medicamentos, si la persona lleva gafas o lentes de contacto por tener un
problema refractivo (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) o la presencia de

determinadas enfermedades oculares (como el glaucoma o algún problema de
retina) o patologías sistémicas que también afectan a la vista (como la diabetes),
llegando a provocar pérdida de visión.
3. Factores psicológicos.
Como la fatiga física o psíquica o la motivación o el aburrimiento que padezca el
paciente, especialmente cuando la medición de la agudeza visual se realiza en
niños.
¿Cómo se mide la agudeza visual?
El descubrimiento de este concepto data del siglo XIX, gracias a los estudios de un
reconocido médico francés llamado Ferdinand Monoyer. Es a él a quien debemos la
tabla de optotipos (tabla optométrica) que sirve para evaluar o medir nuestra
agudeza visual.
La agudeza visual se puede medir mediante una escala decimal (en la que 1,0
corresponde a una persona que alcanza el 100% de agudeza visual -agudeza visual
normal- y un 0,1 a una que alcanza el 10%) o mediante la escala de Snellen (en la
que 20/20 corresponde a una persona que alcanza el 100% de la agudeza visual y
20/40 a un paciente que alcanza el 50%).
Para la medición de esta capacidad se emplean varios tests ópticos:
-Prueba E. Es una placa con la letra E en mayúscula e impresa en diversos
tamaños y orientaciones.
-Test de Snellen. Consiste en filas de letras decrecientes. Cuantas más letras
podamos leer e identificar, mejor será nuestra capacidad de visión.
-Test de Landolt. Se presentan una serie de anillos en los que se debe identificar
dónde se produce una discontinuidad: derecha, izquierda, parte superior… Su uso
es habitual en pacientes que no saben leer o que tienen problemas como la dislexia.

-Test de Lea. Este test está especialmente concebido para niños pequeños que
desconocen las letras y que, por lo tanto, necesitan un procedimiento alternativo de
medición. Se emplean figuras geométricas y dibujos de manzanas, casas o pájaros.